Misha, el hijo autista

SERIE HACIA EL LAGO

Misha, el hijo autista

 

«Hacia el Lago» incluye a Misha, el hijo autista de Anna, como protagonista

 

Hacia el lago: Misha el hijo autista

 

To the lake o “Hacia el lago”, la serie rusa estrenada en Netflix en octubre 2020, comienza con una atmósfera negra y recargada. Realmente, nada que sea muy extraño a la narrativa rusa, en cine o en novela. Después de que Moscú es golpeado por un virus mortal (la serie es previa al COVID) y la situación se declara como una epidemia, Sergey (Kirill Käro) debe salir corriendo de la ciudad a un lugar seguro. Con él van su ex esposa Ira (Maryana Spivak), su hijo Anton (Saveliy Kudryashov), su amante Anna (Viktoriya Isakova) y Misha, el hijo autista (Eldar Kalimulin) de Anna. A ellos se unen el padre de Sergey, Boris (Yuriy Kuznetsov) y los vecinos Lyonya (Aleksandr Robak), su esposa embarazada Marina (Natalya Zemtsova) y su hija Polina (Viktoriya Agalakova).

En el momento en que se escribe este artículo, estamos al comienzo de la serie. Iremos actualizando la crítica y la historia de Misha. Posiblemente, esté influenciada por el desarrollo de la pandemia mundial del COVID.

El drama está muy bien escrito y también sus personajes. Realmente, casi tres cuartas partes del primer episodio (el piloto) están dedicados a mostrar la psicología de los personajes. También, a enunciar los pequeños dramas personales. Además, incluye la escena que describe el autismo al explicar Anna por qué puede sorprender el comportamiento de Misha. Lo interesante de esto es que ya no se mencionará más. El personaje no se desarrolla. No vamos a ir aprendiendo qué le pasa. Es como el enunciado de lo que podríamos esperar. Es como está planteada la narrativa, casi de un modo teatral.

 

¿Qué más cuenta «Hacia el Lago»?

Efectivamente, y como se puede suponer, el camino es más difícil de lo imaginable. Inicialmente, pensamos que es un thriller de un par de familias escapando de los contagios. Y no. Además, hay una especie de zombis moribundos y gravemente infectados de los que el grupo tiene que salvarse. Al mismo tiempo, deben mantenerse fuera del alcance de los ladrones que deambulan y explotan a las personas disfrazadas de militares.

La trama secundaria del romance de Misha y Polina pensamos que es atrapante. Además, sobresale por la química que genera. El que Misha sea autista, no impide que las escenas sexuales sean realmente sensuales. 

La belleza de una Rusia llena de nieve quita el aliento. Muy buena la canción que suena de fondo cuando Polina seduce a Misha. Misha no es el personaje central, en esta serie. Es parte del grupo. Pero es interesante ver cómo otra serie más decide incorporar las diferencias a la narrativa. 

Hacia el lago

 

Hacia el Lago se da el lujo de virtuosismos

El trabajo de la cámara está muy pensado y elaborado. Las tomas y la ubicación del camarógrafo son bastantes sorprendentes en algunas escenas. Hasta podríamos decir que rompe con lo que se espera. Por ejemplo, una cámara que toma primeros planos de los protagonistas, desde lugares donde se esperaría que hay gente… y no la hay. Desde el lado interior de un lente, desde el pasillo que mira hacia una ventana por donde entrará el grupo… Hasta se animan con contraplanos violentos. Todo, interesante en un thriller, del que uno sólo esperaría el suspenso. 

Como se mencionó, el paisaje da una mano muy importante a la hora evaluar la calidad de la serie. Actualmente, nos estamos acostumbrando a ver increíbles paisajes del Norte y Nordeste europeos en las series. Ésta no es la excepción. Eso sí, da frío sólo mirarlos. La cámara se encarga de llo. Y agrega dramatismo a la huída de las familias, ya que recordamos las primeras imágenes de la vida en ambientes confortables y en un barrio acomodado.

Una serie que, además, posee un buen nivel de producción y destacadas actuaciones, y que refleja, con ficción y dramatismo, un tema contingente en cualquier lugar del mundo como lo es una infección, a pesar de que se realizó mucho antes de la pandemia.