AUTISMO Y ACIDOS GRASOS
Acidos grasos esenciales: concepto
Los ácidos grasos son esenciales para muchos aspectos de nuestra salud. Incluso, pueden reducir la agresión y apoyar un sistema inmunológico saludable.
En general se sabe que los ácidos grasos omega 3 y 6 consiguen, cuando se toman a dosis adecuadas, favorecer una sangre más fluida, menos espesa. Esto favorece la circulación a los diferentes órganos del cuerpo disminuyendo los riesgos cardiovasculares y también mejorando la circulación cerebral.
Por otro lado, estos ácidos grasos forman parte de la membrana de todas las células del organismo, de modo que favorecen en intercambio de sustancias, el metabolismo celular y por lo tanto el funcionamiento general del metabolismo corporal.
Este hecho suponde que a nivel cerebral se le considere como el aceite que engrasa el mecanismo de funcionamiento de las neuronas y de esa forma, sea el que favorece un funcionamiento mental más ágil.
Nota: balance omega 3 y 6
La modificación de los hábitos alimentarios ha llevado a un cambio en el consumo de ácidos grasos, con una aumento de los ácidos grasos ω-6 y una marcada reducción en el consumo de los ácidos grasos ω-3. Esto a su vez ha dado lugar a un desequilibrio en la relación ω-6/ω-3, muy diferente de la proporción original 1:1 que tenían los seres humanos en el pasado.
Los estudios recientes han encontrado que niveles excesivos de ω-6 comparado con ω-3 incrementan el riesgo de contraer diferentes enfermedades, incluyendo depresión.
Por ende, todo lo que se escribe en este artículo, tiene que leerse a la luz del mayor equilibrio posible en la ingesta de los ácidos grasos. Pueden consultarse fuentes especializadas.
1. ¿Qué son los ácidos grasos omega-3?
Los ácidos grasos omega-3 son grasas poliinsaturadas. «Poli» significa muchos y «insaturado» se refiere a dobles enlaces. En definitiva, significan que los ácidos grasos omega-3 tienen muchos enlaces dobles.
«Omega-3» se refiere a la posición del doble enlace final en la estructura química, que son tres átomos de carbono del «omega» o extremo de la cadena molecular.
Dado que el cuerpo humano no puede producir omega-3, estas grasas se conocen como «grasas esenciales». Esto, significa que debe obtenerlas de su dieta. Hay varios tipos de grasas omega-3, que se diferencian por su forma química y tamaño.
Tipos de ácidos grasos omega-3
Estos son los tres más comunes:
- Ácido eicosapentaenoico (EPA): su función principal (de este ácido graso de 20 carbonos) es producir sustancias químicas llamadas eicosanoides, que ayudan a reducir la inflamación. La EPA también puede ayudar a reducir los síntomas de la depresión.
- Docosahexaenoico (DHA): un ácido graso de 22 carbonos, el DHA constituye aproximadamente el 8% del peso del cerebro y contribuye al desarrollo y la función del cerebro.
- Alfa-linolénico (ALA): este ácido graso de 18 carbonos se puede convertir en EPA y DHA, aunque el proceso no es muy eficiente. El ALA parece beneficiar al corazón, al sistema inmunológico y al sistema nervioso.
Funciones de los ácidos grasos omega-3
Las grasas omega-3 son una parte crucial de las membranas celulares humanas. También tienen otras funciones importantes, que incluyen:
- Mejorar la salud del corazón. Los ácidos grasos omega-3 pueden ayudar a controlar los niveles de colesterol, triglicéridos y presión arterial
- Apoyar la salud mental. Los suplementos de omega-3 pueden ayudar a controlar o prevenir la depresión, la enfermedad de Parkinson y la psicosis en las personas en riesgo. Sin embargo, se necesita más investigación.
- Reducir peso y talla de cintura. Las grasas omega-3 pueden ayudar a las personas a controlar su peso y la circunferencia de la cintura. Sin embargo, se necesitan más estudios.
- Disminuir la grasa hepática. La investigación inicial sugiere que consumir omega-3 puede ayudar a disminuir la cantidad de grasa en el hígado.
- Apoyar el desarrollo del cerebro infantil. Los omega-3 apoyan el desarrollo del cerebro en el feto.
- Luchar contra la inflamación. Las grasas omega-3 pueden ayudar a controlar la inflamación que ocurre con algunas enfermedades crónicas.
- Una ingesta baja de ácidos grasos omega-3 puede contribuir a la inflamación y enfermedades crónicas, como artritis reumatoide, diabetes, aterosclerosis e insuficiencia cardíaca.
2. ¿Qué son los ácidos grasos omega-6?
También, los ácidos grasos omega-6 son ácidos grasos poliinsaturados. Sin embargo, el último doble enlace está a 6 carbonos del extremo omega de la molécula de ácido graso. Igualmente, los ácidos grasos omega-6 son esenciales, por lo que debes obtenerlos de tu dieta.
Proporcionan principalmente energía. La grasa omega-6 más común es el ácido linoleico, que el cuerpo puede convertir en grasas omega-6 más largas, como el ácido araquidónico (AA). El AA produce eicosanoides. Sin embargo, los eicosanoides que produce AA son más proinflamatorios. Los eicosanoides proinflamatorios juegan un papel clave en el sistema inmunológico. De todos modos, cuando el cuerpo produce demasiados, pueden aumentar el riesgo de inflamación y enfermedad inflamatoria.
Una proporción saludable de ácidos grasos omega-6 a omega-3 parece estar entre 1 a 1 y 4 a 1. Pero, los estudios sugieren que las personas que siguen una dieta occidental típica pueden consumir una proporción de entre 15 a 1 y casi 17 a 1.
Beneficios de los ácidos grasos omega-6
Algunos ácidos grasos omega-6 han mostrado beneficios en el tratamiento de síntomas de enfermedades crónicas. Por ejemplo, el ácido gamma-linolénico (GLA) es un ácido graso omega-6 que se encuentra en ciertos aceites, como:
- aceite de onagra
- aceite de borraja
Al consumirse, gran parte se convierte en otro ácido graso llamado ácido dihomo-gamma-linolénico (DGLA). La investigación sugiere que GLA y DGLA pueden tener algunos beneficios para la salud. Por ejemplo, GLA puede ayudar a reducir los síntomas de enfermedades inflamatorias. Sin embargo, se necesita más investigación.
3. ¿Qué son los ácidos grasos omega-9?
Los ácidos grasos omega-9 son monoinsaturados, lo que significa que solo tienen un doble enlace. Está ubicado a nueve carbonos del extremo omega de la molécula de ácido graso.
El ácido oleico es el ácido graso omega-9 más común y el ácido graso monoinsaturado más común en la dieta. Los ácidos grasos omega-9 no son estrictamente «esenciales», ya que el cuerpo puede producirlos.
Beneficios del omega-9
Sin embargo, consumir alimentos ricos en ácidos grasos omega-9 en lugar de otros tipos de grasas puede tener beneficios para la salud. Un estudio de 2015 encontró que alimentar a los ratones con dietas altas en grasas monoinsaturadas mejoró la sensibilidad a la insulina y disminuyó la inflamación. El mismo estudio encontró que los humanos que consumían dietas ricas en grasas monoinsaturadas tenían menos inflamación y mejor sensibilidad a la insulina que aquellos que consumían dietas ricas en grasas saturadas.
¿Qué alimentos contienen estos ácidos grasos?
La dieta occidental típica contiene más grasas omega-6 de las necesarias y no contiene suficientes grasas omega-3. Aunque los ácidos omega-9 no son esenciales, también deben tenerse en cuenta en el consumo.
1. Alimentos ricos en grasas omega-3
El pescado azul es la mejor fuente de omega-3 EPA y DHA. Otras fuentes marinas incluyen los aceites de algas. ALA proviene principalmente de nueces y semillas.
Estas son las cantidades y tipos de omega-3 en una porción de los siguientes alimentos:
- salmón: 4.0 gramos EPA y DHA
- caballa: 3,0 gramos de EPA y DHA
- sardinas: 2,2 gramos de EPA y DHA
- anchoas: 1.0 gramos EPA y DHA
- semillas de chía: 4,9 gramos ALA
- nueces: 2,5 gramos ALA
- semillas de lino: 2,3 gramos de ALA
2. Alimentos ricos en grasas omega-6
Aceites vegetales refinados y alimentos cocinados en aceites vegetales contienen altos niveles de grasas omega-6.
Los frutos secos y las semillas también contienen cantidades significativas de ácidos grasos omega-6.
Estas son las cantidades de omega-6 en 100 gramos (3.5 onzas) de los siguientes alimentos:
- aceite de soja: 50 gramos
- aceite de maíz: 49 gramos
- mayonesa: 39 gramos
- nueces: 37 gramos
- semillas de girasol: 34 gramos
- almendras: 12 gramos
- anacardos: 8 gramos
3. Alimentos ricos en grasas omega-9
Las grasas omega-9 son comunes en aceites vegetales y de semillas, nueces y semillas.
Estas son las cantidades de omega-9 en 100 gramos de los siguientes aceites de:
- oliva: 83 gramos
- anacardo: 73 gramos
- almendras: 70 gramos
- aguacate: 60 gramos
- maní: 47 gramos
Además, contenidos en:
- almendras enteras: 30 gramos
- anacardos: 24 gramos
- nueces: 9 gramos
Ácidos grasos y el autismo
Se ha sugerido que las dificultades asociadas con los TEA pueden explicarse parcialmente a través de la falta de ácidos grasos omega 3, y que la administración de suplementos con estos ácidos grasos esenciales puede dar lugar a una mejoría de los síntomas.
Los ácidos grasos son esenciales para muchos aspectos de nuestra salud. Incluso, pueden reducir la agresión y apoyar un sistema inmunológico saludable. El DHA, uno de los ácidos grasos esenciales, es un componente importante de las células cerebrales. Cuando a niños con trastornos en el neuro-desarrollo se les administra DHA, se obtiene mejoría. Los únicos dos ácidos grasos esenciales para el ser humano son el α-linolénico (18:3ω-3) y el linoleico (18:2ω-6).
Estudios realizados en personas que padecen un trastorno del espectro autista han desvelado que estas poseen menores niveles de ácidos grasos esenciales. Hasta el momento se conocen unos 70 tipos de ácidos grasos, muchos de los cuales los puede fabricar el propio cuerpo. Pero, el omega 3 y 6 se deben recibir de la dieta y su carencia provoca alteraciones importantes.
Tanto el omega 3 como el omega 6 son fundamentales para la formación del impulso nervioso y la movilización de las vesículas sinápticas que contienen los neurotransmisores. Gracias a los cuales se transmite la información en el cerebro. De hecho, se estima que de la cantidad de lípidos que componen el tejido cerebral, el 40% son ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga. Por eso, no es extraño que diferentes estudios coincidan en que administrarles ácidos grasos poliinsaturados a los lactantes incide positivamente en su capacidad de aprendizaje, nivel de concentración e inteligencia.
En las personas con un trastorno del espectro autista, se piensa que esa deficiencia de ácidos grasos poliinsaturados puede estar provocada por un metabolismo hiperactivo. Por tanto, en los últimos años varios investigadores se han preguntado si una dieta enriquecida con omega 3 podría atenuar los síntomas del autismo.
Omega 3 en el tratamiento del autismo
Realmente, son positivas las experiencias que se están consiguiendo con chicos con TDAH y Autismo cuando se combina el uso de Omega 3 y Omega 6 con la terapias y los tratamientos farmacológicos habituales. (1)
¿Deberías darle ácidos grasos a tu niñ@?
Sin duda, una dieta rica en omega 3 y 6 no es dañina para los niños. Aún así, hasta que no se cuente con nuevas evidencias científicas, no es recomendable abandonar cualquier tipo de tratamiento médico para decantarse únicamente por estos suplementos.
Sin embargo, se gana mucho más que si no lo haces. Junto con el tratamiento y la terapia vamos a favorecer un mejor funcionamiento de los mecanismos cerebrales generales y por tanto un mejor rendimiento cognitivo. Toda ayuda es poca cuando hace falta y estos mecanismos no funcionan tan bien como deberían.
El Omega 3 beneficia a los niños con trastornos del neurodesarrollo, porque favorece el funcionamiento cognitivo. Permite fluir de forma mucho más facil el intercambio de neurotransmisores y los mecanismos de las conexiones cerebrales y con eso, favorece el funcionamiento cognitivo.
Incluso, en la actualidad, las leches infantiles llevan incluidos en su composición unos niveles determinados de ácidos grasos omega 3 y omega 6, debido a sus beneficios en el desarrollo cerebral y visual.
Si bien en la dieta mediterránea hay unos niveles proporcionalmente adecuados de ácidos grasos omega 3 y 6, no son suficientes para cumplir los requerimientos necesarios del organismo. Más aún con los cambios actuales de la dieta hacia los preconizados…
Cómo benefician a l@s niñ@s
Definitivamente, no es como el tratamiento farmacológico. Por eso, los resultados no se notan en unos días. Puede ser que requieran semanas y meses para que se vaya viendo un avance progresivamente favorable.
Muchas familias pensarán que es mucho dar esto a los niños junto con el tratamiento… En efecto, muchos padres tienen la duda de dárselos o no. Pues la respuesta es clara, sí.
Tienes mucho más que ganar que si no lo haces. Junto con el tratamiento y la terapia vamos a favorecer un mejor funcionamiento de los mecanismos cerebrales generales. Por tanto, un mejor rendimiento cognitivo.
Obviamente, no reemplaza una la medicación… etc.. Efectivamente. Se combinan sin ningun problema. Todo lo contrario, potencia el funcionamiento de la medicación. Por eso, hace años que las leches infantiles están suplementadas con omega 3 para asimilarse a la leche materna y ha demostrado potenciar el desarrollo neurológico y visual.
Para informarte sobre vitaminas y minerales vinculadas al tratamiento del autismo, ver el artículo correspondiente a suplementos alimentarios.
Notas
(1)
Los estudios sobre el omega 3 para tratar el autismo muestran resultados contradictorios
Hasta el momento los resultados sobre la eficacia del omega 3 en el tratamiento de los niños con autismo han sido contradictorios. Un pequeño estudio llevado a cabo por investigadores de la Soroka University en 10 niños con edades comprendidas entre los 4 y los 7 años reforzó su dieta con 1 gramo diario de omega 3 durante 12 semanas. Al cabo de ese tiempo, el 88% de los niños mostraron una mejoría. Exactamente, mejoraron un 33% en la Escala de Evaluación del Autismo, a través de la cual se mide la intensidad de los síntomas.
Actualmente, en el Servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Hospital Gregorio Marañón se está realizando el mayor ensayo clínico que se ha llevado a cabo en niños y adolescentes con un trastorno del espectro autista para analizar el efecto del omega 3 sobre los síntomas. En este ensayo se está trabajando con 80 pacientes y hasta el momento los resultados preliminares desvelan que el omega 3 mejora la estructura y funcionalidad de las membranas celulares. Además, los especialistas indican una mejoría en la motivación social de estos niños y adolescentes.
Sin embargo, todos los resultados no son tan alentadores. Por ejemplo, un experimento reciente llevado a cabo en la Universidad de Toronto incluyó a 38 niños con un trastorno del espectro autista con edades comprendidas entre los 2 y 5 años. Durante 6 meses, a la mitad de ellos les dieron 1,5 gramos de suplemento de omega 3 diario y a la otra mitad un placebo. Al cabo de ese tiempo los investigadores no encontraron diferencias significativas entre uno y otro grupo, por lo que concluyeron que el omega 3 no era eficaz para tratar los síntomas del autismo.